jueves, 12 de abril de 2012

La Gran Brecha, 6 abril 1812.


"… las partidas avanzadas de ambas divisiones baxaron sin dificultad al foso, protegidas por el fuego de las partidas situadas en el Glasis para este intento, y subieron al asalto con la mayor intrepidez, llevando al frente a sus bizarros oficiales. Pero era tal la naturaleza de los obstáculos preparados por el enemigo en lo alto y detrás de las brechas, y su resistencia tan resuelta, que nuestras tropas no pudieron establecerse en aquel lugar. Muchos valientes oficiales y soldados murieron de resultas de las explosiones en lo alto de la brecha…"
(Del informe oficial del General Wellington sobre la toma de Badajoz)

La plaza fuerte de Badajoz fue tomada por los franceses el 11 de marzo de 1811 cuando, tras un asedio de mes y medio, muere el General Menacho y su sucesor, el General Imaz, la entregó a los asaltantes.
Las fuerzas aliadas hispano portuguesas y británicas habían intentado recuperarla ya en dos ocasiones anteriores, entre abril y junio de 1811, asedios interrumpidos por la batalla de La Albuera.
En 17 marzo de 1812 el General Wellington, jefe de las fuerzas expedicionarias británicas en la península, planta asedio a la plaza de Badajoz, defendida por el General Philippon.
Tras diversas operaciones logra tomar las alturas de la Picuriña, con el fuerte allí establecido, y prepara el asalto general con tres principales operaciones convergentes: contra el baluarte de San Vicente, al oeste de la ciudad, contra la Alcazaba, sector este y contra los baluartes de Santa María y Trinidad en la zona sur.

El diorama presenta este último objetivo: Tres brechas habían abierto los bombardeos, efectuados principalmente desde el cerro de Picuriñas; una en el flanco izquierdo del baluarte de Santa María, otra en la cara derecha del baluarte de la Trinidad y una tercera en el lienzo que unía ambas.
Vemos representado el baluarte de la Trinidad -lleva este nombre por el convento de tal advocación ubicado en su interior- con su cara y flanco derecho y un trozo de la cortina hacia Santa María.
Este diorama se centra en el asalto principal de la noche del 6 de abril de 1812.
Defienden la plaza, en este sector, fuerzas del Regimiento francés de Infantería nº 103, que han preparado el terreno con todo tipo de obstáculos y trampas. Así podemos ver caballos de Frisia, troncos con hojas de sable o hierros afilados que se hacían rodar por la pendiente o se utilizaban para cerrar un acceso; espinos o rejas, tablones cubiertos de clavos para incomodar un paso; cunetas excavadas al borde del foso para aumentar su altura e inutilizar escaleras; pozos de lobo, con una aguzada estaca en su interior; redes de maromas, a modo de alambrada para impedir o retrasar un avance; ristras de explosivos que se activaban mediante una mecha de pólvora que aparece protegida por tejas, para salvaguardarlas de humedades; estacadas, estacas hincadas en el camino cubierto, obstáculo muy sencillo pero que retrasaba el avance cómodo; y, en fin, la inundación que procedente del arroyo Rivillas, ha cubierto parte del foso y sobre la cual los defensores colocaron una barca de pontoneros con un pelotón de fusiles que hace fuego de flanco sobre los asaltantes.

Como podemos ver todos estos obstáculos van encaminados principalmente a ralentizar el movimiento de las fuerzas asaltantes, dando tiempo así a poder recargar las armas de fuego y conseguir mayor volumen de disparos.
Los defensores cierran la brecha en el baluarte de Trinidad, con toda una serie de materiales de circunstancias que le permiten hacer fuego a cubierto, los fusileros disponían de hasta tres fusiles cada uno para aumentar el volumen del fuego, artillería, granadas de mano y granadas de morteros a las que encendían una mecha muy corta y hacían rodar por la pendiente.
Los atacantes de la brecha son de los regimientos británicos 7º, 23º, 27º y 40º, de la División 4, destinada para esta misión, por su izquierda progresa un grupo del Regimiento 43º de la División Ligera encargados de atacar la brecha de la cortina y que confundieron el objetivo con el revellín, que vemos parcialmente, lo que les costó muchas bajas, van dirigidos por un oficial de la Unidad y otro de Ingenieros, con uniforme azul.
Los muros y todos los elementos defensivos, levantados con arreglo a la cartografía, y las destrucciones representadas con arreglo a la documentación y testimonios de la época reflejan con acertada escala el terrible episodio.
Las fuerzas aliadas no lograron tomar esta brecha. La ciudad fue ocupada al triunfar el asalto de la Alcazaba y el del baluarte de San Vicente.

Las fuerzas aliadas luso-británicas, según informes de Wellington, tuvieron 1035 muertos, 3787 heridos y 63 desaparecidos, el ochenta por cierto de ellos en esta brecha.
La ciudad sería recuperada tras un año de ocupación, pero la alegría de la liberación y el sacrificio de tantas y tantas vidas se verían empañados por el salvaje saqueo y pillaje al que fue sometida la ciudad de Badajoz y sus habitantes por los soldados vencedores que mancharon así su gesta para la historia.
Para esta representación se han montado 723 figuras, sin contar armamento, equipo y material: cañones, cajas de municiones, fusiles, obstáculos en la brecha, faginas, escaleras, etc. Las figuras son de 3 Ingenieros británicos, 35 del 43º (Monmouthshire) Regimiento de Infantería británica, 70 del 7º (Fusileros Reales), 79 del 23º (Fusileros Reales Galeses), 152 del 40º (2º de Somersetshire), y 153 del 27º (Inniskilling) todos ellos también británicos, 36 artilleros franceses y 197 del 103º Regimiento de Infantería francés: granaderos y de las compañías 1ª (pompon verde) y 2ª (pompon azul celeste) y artilleros que sirven 6 piezas de campaña y una de plaza, montadas sobre ruedas o sobre cureña, que tiran fundamentalmente con botes de metralla.

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