lunes, 23 de mayo de 2011
218 Aniversario del Regimiento de Infantería "Castilla" II
domingo, 22 de mayo de 2011
218 Aniversario del Regimiento de Infantería "Castilla"
viernes, 20 de mayo de 2011
Bicentenario de la batalla de La Albuera III
En 11 de mayo de 2001 publiqué en el diario HOY el siguiente artículo, cuyo título sigue siendo empleado como lema para la convocatoria de las conmemoraciones anuales...y por muchos años sea.
EL 16 DE MAYO, UNA CITA CON LA HISTORIA.
El próximo 16 de mayo se conmemora el 190 aniversario de la batalla de La Albuera, batalla que se dio en los campos de esta localidad en el transcurso de la Guerra de la Independencia. Hace ya diez años, parece que fue ayer, que el Ayuntamiento de la villa emprendió la ardua tarea de esta conmemoración dentro de un más amplio programa de desarrollo turístico- cultural.
Las batallas no tienen nada que celebrar, menos aún en los pueblos que como La Albuera quedaron reducidos a escombros. Las guerras son horribles y muestran lo peor, en ocasiones también lo mejor, del ser humano.
Pero la grandeza de la villa de La Albuera es que, en torno a este hecho de muerte y división, sus habitantes han sabido crear un ambiente de unión y hermandad internacional que en pocas localidades se encuentra.
Desde el año 1991 se reúnen este día representaciones de todos los países que allí se enfrentaron, Gran Bretaña, Francia, Portugal, Alemania, Polonia y, por supuesto, España para, en un sencillo acto, rendir homenaje a todos, todos, los que dieron su vida en ese trance. Unidades del Ejército español son las encargadas de rendir los honores del acto.
Posteriormente se efectúa una visita a los lugares donde se dieron los combates y al pequeño museo-memorial; museo que para su custodia y mantenimiento cuenta con la ayuda y aportación de vecinos que sienten la historia de su pueblo.
Sí, la batalla es un mero argumento para hacer de nuestro pueblo, permitidme que me una a vosotros, un centro de cultura, encuentro y convivencia internacional. Porque estos actos desbordan nuestras fronteras, desde hace años, y lo sabéis bien, veteranos soldados británicos acuden periódicamente, llega una abundante correspondencia al Ayuntamiento y son numerosos los viajeros que recalan por estas tierras.
Porque esta batalla sí la está ganando el pueblo, la está ganando el pueblo llano para la paz y para la convivencia.
Ahora que, en los albores del siglo XXI, los vientos de la intolerancia siguen soplando con energía es una pequeña, pero heroica, villa de Extremadura la que se coloca a la cabe4za del encuentro entre gentes de muy distinta procedencia y que un día estuvieron enfrentados.
La Albuera acoge a todos aquellos que quieran disfrutar un rato ameno en un entorno de tolerancia y diversión, de estudio y reflexión, en definitiva de acercamiento a otras maneras de pensar.
Sí, La Albuera, modesta villa nos da una lección de amor a la historia, a la cultura, con el trabajo callado y esforzado de sus ciudadanos, que lo mismo acogen al forastero como ponen en pie una maravillosa obra de teatro que es el reflejo del dolor de un pueblo que padeció mucho pero al que no se pudo doblegar.
Este y todos los 16 de mayo tenemos una cita…. con la historia.
miércoles, 18 de mayo de 2011
Bicentenario de la batalla de La Albuera II
Bicentenario de la batalla de La Albuera.
HIJOS DE
Álvaro Meléndez Teodoro.
Hace diecisiete años era teniente en el Regimiento de Infantería “Castilla”, en Badajoz, cuando recibimos la orden de preparar una compañía de honores para un acto a celebrar en la vecina localidad de
Poca gente conocía, al menos en detalle, la efemérides a conmemorar y el coronel de la unidad, señor Gallego del Pueyo, me designó para realizar un pequeño estudio sobre el tema. La tarea resultó muy sencilla ya que llevaba varios años investigando y recogiendo documentación sobre éste y otros acontecimientos militares en Extremadura.
Se estableció contacto con el alcalde de la localidad, señor Díaz Escobar, y se concretó la secuencia de actos a desarrollar. Para los intervinientes militares la anécdota de esta primera celebración que se fijaría en nuestro recuerdo tendría como protagonista a la plaza de la localidad, lugar donde se desarrollaría el acto institucional. Su disposición irregular, el quiosco y los árboles hacían complicada la entrada desfilando y los ensayos in situ no eran factibles, dada la distancia y la disponibilidad del personal.
El tema se solucionó reproduciendo en el patio del cuartel, en Sancha Brava, la citada plaza: unas sillas hacían de árboles, unas mesas de monolito, varios soldados de esquinas de quiosco y entradas a la zona... Los primeros ensayos, como pueden suponer eran de auténtico pavor, los portabanderines o los gastadores pasaban por encima del altar, rayado con tiza, que ustedes recordarán se ubicó ese año frente a la puerta del Ayuntamiento, el quiosco cambiaba de lugar y, en ocasiones, hasta los árboles se movían.
Un par de visitas a la localidad, de los oficiales y suboficiales, permitió encajar definitivamente la secuencia de actos que son prácticamente los mismos que todavía se llevan a cabo.
La representación española la ostentaría el Coronel Jefe del Regimiento y la compañía de honores sería la 1ª del Batallón “Alcántara”, desaparecido el pasado año, mandada por el capitán Rivera Solís, participarían además la escuadra de gastadores y la banda de cornetas y tambores del Regimiento.
En autobús y camiones llegamos aquella mañana al pueblo y desembarcamos en la parte de abajo de la calle que, partiendo de cerca de la gasolinera, desemboca en la plaza.
Verdaderamente fue emocionante cuando el cornetín dio la orden de iniciar el desfile y fue emocionante por el recibimiento de la gente de
El acto se desarrolló de manera impecable, hubo misa, ofrenda y honores a los caídos y unas palabras emocionadas del señor Alcalde, de recuerdo a los militares y guardias civiles muertos por el terrorismo. El desfile final constituyó una definitiva prueba de cariño del pueblo a sus soldados y a sus visitantes.
A los intervinientes nos proporcionaron un excelente refrigerio, tradición que sigue manteniéndose, y hubo tiempo para la confraternización con las gentes de la localidad y con los veteranos británicos que también homenajeaban su historia. Allí me enganchó el carácter de esta gente y la ilusión de muchas personas, jóvenes y no tan jóvenes, por emprender una labor nueva que llevara el nombre de su localidad por todas partes.
Al año siguiente fui designado por el General Gobernador Militar para colaborar en la organización de un pequeño museo, que había iniciado el señor Cienfuegos Linares, tarea muy agradable que realicé junto al entonces teniente García Ramos, también del Regimiento “Castilla” y, posteriormente, con el brigada de Ingenieros don Jerónimo Naranjo.
Después, y a través del trabajo, se estrechan lazos de amistad. No quiero dejar pasar la destacada ayuda recibida del concejal señor Serrano y de su esposa Aurora, “alma mater” del incipiente museo etnológico, luego desaparecido en aras de ¿mejores? ideas
Han pasado diecisiete años. Hoy
Hoy el pueblo de
Ya no forman en él las compañías que constituían su Primer Batallón. Las reformas administrativas, políticas y los designios del mando, inescrutables e incomprensibles en ocasiones, han causado su desaparición. Pero muchos de los que en él formamos estaremos ese día para enorgullecernos del nombramiento que recibirá el Batallón “Mérida”, que ahora afronta solo la responsabilidad de conservar y transmitir el legado del “Castilla”, no hay miedo, son duros estos carristas.
Pero por encima de todo yo quiero dedicar, con estas modestas líneas, un homenaje a labor de los vecinos de
El secreto está, como se hizo hace diecisiete años, en comenzar a andar. Gracias por vuestro ejemplo y por vuestra acogida.
viernes, 6 de mayo de 2011
"Memoria de África. El Regimiento Castilla 16 en la campaña de Ifni-Sáhara, 1957-1958"
miércoles, 4 de mayo de 2011
Bicentenario en La Albuera. Dioramas 2.
2.
Los Batallones Ligeros I y II de
La tropa del Batallón Ligero II de
Si bien, por las memorias del mariscal francés Soult, sabemos que las tropas francesas que llevaron el esfuerzo principal en
3. El Regimiento de Irlanda en combate.
La tropa española aparece mejor uniformada de lo que realmente estaría en esa época (como en general todas las figuras de todos los dioramas, ya que a esta escala no merece la pena entrar en detalles de la vestimenta y el equipo que no se van a apreciar por la pequeñez de las figuras). Aún así, se ha querido representar la heterogeneidad de los uniformes de cuatro maneras:
§ añadiendo distintos tocados (pueden verse gorros de faena, chacós británicos y franceses reaprovechados, morriones de granadero francés e incluso algún casco de dragón)
§ equipando a algunos soldados con mochilas británicas (de color negro) y a otros careciendo de ellas
§ dotando a otras cuantas figuras con uniforme francés completo, ya que dada la escasez de suministros la intendencia española aprovechaba todo el material utilizable capturado al enemigo
§ por último, integrando algunas figuras vestidas de paisano cuyo único aditamento militar es el bicornio.
Todo ello aparece recogido en escritos y documentación de la época y posteriores.
En cuanto a los granaderos, algunos conservan todavía el morrión de piel coronado por la hermosa manga bordada que caracterizaba a los españoles. Sendos abanderados portan la bandera coronela del regimiento (la que tiene escudo circular rodeado por el Toisón de Oro) y la de ordenanza (la de la cruz de San Andrés roja). En ambas se puede apreciar el blasón de los regimientos irlandeses, un arpa dorada sobre fondo azul.
Detrás de los soldados forman los tambores y pífanos del regimiento que con sus instrumentos transmiten órdenes y enervan el espíritu de combate. Más atrás un fraile, capellán de
En cuanto a la fuerza francesa despliega en primer lugar, como era usual, la compañía de granaderos, ya muy diezmada por el fuego de fusilería y el cañoneo español, por lo que con ella empiezan a mezclarse fusileros de la 2ª compañía (pompón azul celeste) que van cerrando columna por la izquierda. Entre ésta y la compañía de granaderos vemos al abanderado del regimiento con sus dos escoltas armados de alabarda y pistolas y al tambor mayor (distinguible por el colback con manga roja y la maza que empuña) que ocupa una posición un tanto comprometida, ya que su lugar en el ataque es detrás de la última compañía de fusileros, junto a los tambores, encargados, en combate o tras él, de retirar heridos y prestar asistencia sanitaria.
Los cazadores se han desplegado a derecha e izquierda de la compañía de granaderos, ocupando el sitio que llenará el batallón al desplegarse. Descienden la loma las compañías 1ª (pompón verde) y 3ª (pompón anaranjado).
lunes, 2 de mayo de 2011
Bicentenario en La Albuera. Dioramas 1
Los soldados del Primer Batallón Ligero de
Al frente del regimiento francés va una compañía de granaderos, los soldados más altos y decididos, distinguible por los pompones y hombreras rojas. Les siguen las compañías 3ª (pompón color anaranjado) y la 2ª (pompón color azul celeste).
Mientras, una sección de la compañía de cazadores (voltigeurs) del mismo regimiento, reconocibles por sus plumeros verdes y amarillos y hombreras con los mismos colores ha comenzado a vadear la ribera.
Aunque la infantería napoleónica no solía llevar bandera en combate, sino únicamente el asta azul coronada por un águila de bronce, se ha optado por añadirla para dar mayor vistosidad al conjunto, ya que a esta escala el asta desnuda pasaría casi completamente desapercibida.
A la entrada del puente dos oficiales de Estado Mayor, uno de ellos recién llegado al galope, observan el paso de la fuerza francesa, acompañados por una escolta compuesta por dos dragones, cuyos caballos y el del oficial al que acompañan quedan fuera de escena.